El fillo del campesino
prosa para elevar tu vibración

El fillo del campesino tenía fame. Quería comer algo, pero no sabía qué. Así que decidió buscar en su fogar. Allí encontró las fabas, los fongos, el fígado de cerdo y la farina. Sabía facer pan usando la farina como ingrediente principal. Para calentar el agua y la comida utilizaban un forno a la brasa. Como no había brasas, tenía que inventar algo y tras unos minutos lo supo. Fuera de la casa había un establo para los caballos - mejor dicho yeguas porque eran todas féminas - y se acordó del feno. Salió afuera para el establo. Al llegar allí, notó el fedor de las feces de las yeguas, y vio las fórmigas trabajadoras en el suelo. Entró en el establo y fácilmente encontró el feno, que estaba escondido entre las follas muertas en el suelo. Afortunadamente estaba muy seco, y así no tendría problemas para quemarlo. Cortó con una foz fecha de fierro una buena cantidad de feno y se lo llevó a la casa, era tanto que no podía evitar que se cayeran unas docenas de filos al suelo. Habiendo llegado al forno, metió dentro el feno que después casi no se veía. Empezó a fablar consigo mismo: "este forno es más fondo de lo que pensaba". Para poder encender el feno, fizo una faz de filos de feno. Pocos minutos después de encender el feno, ya se veía una foguera tremenda. Estuvo mirándola por unos minutos, el brillo era tan formoso que se quedó completamente fechizado. La foguera le parecía como una fada que guardaba el elemento fuego. Un momento después, se despertó de su ensueño y se dio cuenta del fumo que llenaba casi toda la cocina. Empezó a toser, el fumo significaba un furto del aire fresco. Decidió abrir todas las ventanas. Por una media hora no podía facer nada, parecía como si estuviera en fuelga. Gracias a Dios no tenía feridas. Después podía continuar la preparación de su comida….

Autor: Maarten van Mook Koelink, verano 2003, nombre enriquecido con el apellido de mi abuelo materno en 2009